Saltar al contenido

Nuestra receta para el amor

Sopa de tomate con corazón de amor

De joven, me mudé a una nueva ciudad para empezar un nuevo trabajo y, aunque me sentía un poco sola y añoraba mi hogar, estaba decidida a sacar lo mejor de ello. Un día, conocí a un hombre encantador llamado Jack en una cafetería. Era moreno y guapo, con una sonrisa capaz de iluminar una habitación. Congeniamos enseguida y pasamos toda la tarde hablando. La conversación fluyó sin esfuerzo, y nos encontramos riendo y bromeando como viejos amigos. Más tarde, intercambiamos los números y empezamos a enviarnos mensajes de texto. Me moría de ganas de volver a verle.

Unos días más tarde, cogí un resfriado terrible y me sentí fatal. No tenía ganas de nada y me limitaba a dormir y sollozar, sin poder ir a trabajar. Tras dos días en esta miseria, recibí un mensaje de Jack invitándome a cenar. Lo rechacé, pues me sentía demasiado enferma para salir. Sin embargo, Jack me sorprendió unas horas más tarde con una visita rápida, trayéndome su sopa de tomate hecha por él mismo y quitando la nieve de mi porche antes de marcharse. Me conmovió la amabilidad de Jack y me sentí agradecida por su sopa caliente y nutritiva. Pasamos el día siguiente charlando y riendo, y se me levantó el ánimo. Me di cuenta de que Jack era algo más que un hombre encantador: era mi verdadero amor.

Desde aquel día, Jack y yo nos hicimos inseparables. Tuvimos muchas más citas, y Jack siguió sorprendiéndome con su amabilidad y generosidad. Nos casamos dos años después y tuvimos dos hijos preciosos. Y aunque hemos ido de vacaciones muchas veces y a grandes restaurantes de todo el mundo, aquella sopa de tomate sigue siendo, a día de hoy, el mejor plato que he probado nunca. Era un símbolo del amor que Jack sentía por mí, y siempre me recuerda aquel día tan especial en que vino a rescatarme.

Años más tarde, cuando nuestros hijos crecieron y se mudaron, Jack y yo nos sentamos juntos en el porche, tomando sopa de tomate y recordando el pasado. El sol se estaba poniendo y proyectaba un cálido resplandor sobre los árboles. Era un momento perfecto, y me sentí agradecida por todo lo que nos había llevado hasta allí.

Miré a Jack y sonreí. "¿Sabes?", le dije, "lo que hizo que me enamorara de ti fue tu sopa de tomate". Jack se rió y me besó en la frente. "Y lo que hizo que me enamorara de ti fue tu estornudo", dijo. Los dos nos reímos y sentí que mi corazón se hinchaba de amor.

¿Quién iba a pensar que un plato de sopa de tomate y unos cuantos estornudos podrían dar lugar a toda una vida de amor? Hemos tenido nuestros altibajos, pero siempre nos hemos tenido el uno al otro y una receta para nuestra felicidad. Es una receta que hemos perfeccionado a lo largo de los años con una pizca de confianza, una pizca de paciencia y muchas risas.

Y al igual que la sopa de tomate, debe hacerse totalmente con amor.

Comparte este artículo

Deja tu opinión sobre esto

  • Clasificación

PROS

+
Añadir campo

CONS

+
Añadir campo